Las palabras básicas
Las palabras básicas son palabras sin las que difícilmente se puede comunicar. Diversas combinaciones de estas palabras permiten describir situaciones cotidianas frecuentes e importantes, de las que hemos hablado en el capítulo anterior. Las palabras básicas, con muy pocas excepciones, pueden utilizarse en cualquier parte del mundo. Más adelante veremos una lista ideal de palabras básicas, pero aquí mencionaré algunos ejemplos de por qué la lista contiene algunas palabras, pero no otras.
Cuando se trata de números, basta con aprender las palabras para "uno" y "dos". Para manipular con otros números, siempre puedes utilizar las palabras básicas "más" y "menos". También puedes utilizar los dedos o escribir los números. Para hablar del momento en que ocurrió algo, basta con conocer las palabras para "ahora", "entonces" y "después". Puedes describir a cualquier ser vivo con la palabra ""animal"".
Se necesita mucho más tiempo para hablar de las palabras que no están en esta lista que de las que sí lo están, pero permíteme citar algunos ejemplos ilustrativos. Podemos desenvolvernos perfectamente en un entorno ajeno sin conocer palabras como presión, codicioso, refrescante, acelerar, centrifugar, alcance, picar, piña, ungulados, etc. Hay palabras con una importancia que no se puede discutir, pero si se piensa en ellas por un momento, resulta que no tienen ninguna relación con la supervivencia o la consecución del mínimo necesario. Los ejemplos clásicos son las palabras "madre" y "padre". Son palabras muy importantes para cada uno de nosotros, pero los adultos tienen que pronunciarlas muy pocas veces, por lo que no forman parte del mínimo de supervivencia.
Las palabras especiales
Las palabras especiales son las que se aplican a una gama bastante reducida de actividades, a un lugar geográfico concreto o a una afición específica, como la pesca, la construcción o algún tipo de deporte. Antes de visitar un lugar extranjero, debes pensar en lo que será específico en cuanto a estas cosas y luego prepararte adecuadamente para ello. Añadirás algunas palabras específicas al mínimo necesario de palabras básicas, y normalmente entre 10 y 20 palabras adicionales serán suficientes para hablar de la actividad específica.
Aquí debes recordar algunas verdades sencillas. Aprende algo sobre el lugar al que vas y trata de determinar lo que es específico en él. En algunos lugares del mundo puede haber palabras que deben conocerse aunque nadie haya oído hablar de ellas en otro lugar del planeta. También éstas son palabras especiales. El nombre de una serpiente venenosa, por ejemplo, no será útil para un esquiador en el norte de Canadá, pero será de gran importancia para un cazador en las selvas de Brasil.
Lo mismo puede decirse de las distintas aficiones. Si viajas a un país extranjero para practicar windsurf, además de las 100 palabras necesarias, deberás aprender palabras como "vela", "mástil", "viento", "olas", etc. No serán palabras que necesitarás, en cambio, si piensas jugar al golf.
Si dejas tu país natal para trabajar como chef en el extranjero, tendrás que aprender los nombres de varios productos alimenticios y especies, pero esas palabras no serán importantes si consigues un trabajo como constructor. Los topónimos son una categoría específica, y aprenderlos es una cuestión de seguridad. Debes ser capaz no sólo de nombrar, sino también de escribir los nombres de los lugares para poder explicar siempre de dónde vienes y a dónde vas. Aprender a escribir la lengua extranjera también será útil cuando la pronunciación de las palabras en una región concreta distinta de la de la lengua oficial.